Queso vegano de anacardo

PARA 5 o 6 QUESITOS

Después de la fermentación:

  • Tomates secos en aceite cortados muy pequeños (opcional)
  • Pistachos, hierbas o especias para decorar.

Puedes comprar los ingredientes pinchando en el link.

Bolitas de queso vegano de anacardo

Ni es queso, ni sabe a queso, pero está delicioso. Gracias a su cremosa textura y el sabor ahumado que aporta la levadura, estas bolitas de queso vegano de anacardo pueden calmar esas las ganas de aquellos que no pueden consumir lácteos o que están haciendo un descanso de ellos.

INSTRUCCIONES

  1. Deja los anacardos en remojo toda la noche o al menos durante 4 horas.
  2. Enjuaga bien y tritura en un procesador junto con el resto de los ingredientes. Hazlo el rato que sea necesario hasta conseguir que no haya grumos y la mezcla esté perfectamente integrada. Si tu batidora no es muy potente, tendrás que ir parando de vez en cuando. El objetivo es agrega sólo el agua suficiente para obtener una consistencia suave pero que no quede demasiado líquido, ya que tardaría más tiempo en ponerse firme. De los probióticos sólo necesitas los polvitos que vienen dentro, desecha las cápsulas. Estos serán los encargados de que el anacardo fermente y los responsable del toque ácido.
  3. Prueba y rectifica a tu gusto.
  4. Coloca un colador sobre un bol y encima una tela de quesero o un par de gasas. Echa la mezcla, ata las gasas y estrújalo un poquito para retirar el exceso de líquido. Coloca un paño por encima y deja reposar el queso entre 16 y 24 horas, preferentemente en un lugar cálido.
  5. Quita el queso de la gasa y si está lo suficientemente firme como para manejarlo, ya puedes hacer bolitas para rebozarlas, sería el momento de añadir el tomate seco si te apetece. Si está muy blando mete un ratito en el congelador o la nevera hasta que se endurezca. 
  6. Pon los pistachos troceados o las diferentes especias en un plato y reboza las bolitas de “queso” con ellos.
  7. Puedes servirlos con crackers, o tomarlos como cualquier queso de untar.
  8. Guárdalo en la nevera en un recipiente hermético entre una o dos semanas.